
Convivo con ella desde siempre.
Me habita, me cuestiona, me acompaña,
conoce mis entresijos,
comprende mis silencios.
Y no pregunta, ya que al fin
de mi lo sabe todo.
La sorprendo murmurando salmos,
invocando indiferentes dioses
que ignoran sus preces.
Sumergida en las sombras,
a ella la embelesa
el pensamiento mágico
y lo utiliza con habilidad.
De un golpecito abre
las puertas del conocimiento
cuando las encuentro cerradas.
Invirtiendo los roles
me regocijo en su asombro,
y la habito en su psique
sin solicitar permiso.
Me habita, me cuestiona, me acompaña,
conoce mis entresijos,
comprende mis silencios.
Y no pregunta, ya que al fin
de mi lo sabe todo.
La sorprendo murmurando salmos,
invocando indiferentes dioses
que ignoran sus preces.
Sumergida en las sombras,
a ella la embelesa
el pensamiento mágico
y lo utiliza con habilidad.
De un golpecito abre
las puertas del conocimiento
cuando las encuentro cerradas.
Invirtiendo los roles
me regocijo en su asombro,
y la habito en su psique
sin solicitar permiso.
© Lidia A. González
®Birlibirloque
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