Por el placer de estar juntas hacemos juegos con palabras. Nos reunimos una vez por semana y entre café y cosas ricas, creamos letras en libertad.

sábado, 30 de agosto de 2008

Infancia


DESAPARECIÓ NENA DE DOCE AÑOS
De la parada del colectivo para ir a la escuela en Buenos Aires, hasta la frontera con un país vecino.
Más de mil kilómetros huyendo.
Durante 40 días la búsqueda se difundió por diferentes canales: televisión, radio, Internet.

La madre pide ayuda a todos los medios.
Por detrás de toda la “inocencia” del acontecimiento siempre hay culpas de padres que no respetan los derechos de los niños.
Cómo quererlos, vestirlos, respetar su individualidad, animarlos en sus decisiones -sobre todo- en la infancia y la adolescencia.

¡Infancia! ¡ Campo verde, campanario, palmera
mirador de colores; sol, vaga mariposa
que colgabas a la tarde de primavera,
en el cenit azul, una caricia rosa!

¡Jardín cerrado, en donde un pájaro cantaba,
por el verdor teñido de melodiosos oros;
brisa suave y fresca, en la que me llegaba
la música lejana de la plaza de toros!
(fragmento de Juan Ramón Jiménez)

La nena de doce años desaparecida se encontró en los límites con Bolivia. Se fue por decisión propia.
La madre aparece agradeciendo a todos los medios.
Los motivos no pueden ser explicados, dice, por secreto de sumario.


© María Elsa Bravo
® Birlibirloque

...Acerca del amor...



Digresiones de un grupo de mujeres acerca del “amor” en una apacible tarde de otoño…


Todo comenzó con el reiterativo lamento de lo difícil que resulta encontrar un amor, que además perdure…
Al momento comenzamos a hablar todas a la vez. Luego, a su tiempo, algunas se expresaron a gusto.
La veterana enunció una gama variada de amores, generando dudas sobre la veracidad de aquellos.
Confesó haber tenido amores tempestuosos, serenos, clandestinos, breves, interminables. Alguno tan pesado que costó mucho deshacerse de él. Otro tan light como un yogurt.
La morocha, con irónica sonrisa, y enarcando las cejas soltó: A mí me pierden los hombres intelectuales, profundos, inteligentes… Especie totalmente en extinción, por tal motivo me encuentro sola.
Las miradas se dirigieron a la flaca Sonia, que levantando su dedo pedagógico dijo: Los sentimientos, la pasión, el amor, todas las sensaciones que te perturban, incluso el placer físico necesitan un componente vital, que no hay que olvidar, el estado financiero del candidato. No es igual un amor en Palma de Mallorca, que en ¡González Catán!
Soledad concluyó que su experiencia personal no servía como ejemplo, ya que cada una ama o deja de hacerlo por múltiples razones, que carecen de explicación racional.
Ahí, remató la veterana: Para definir el amor puede utilizarse un bosque de palabras.
Pero creo que es perfecta la definición “Un amor a cuerda”. Significa mantenerlo en acción en forma constante.
Tensar la cuerda, darle cuerda, aflojar la cuerda, y esperar que tenga cuerda para rato…



© Lidia A. González

® Birlibirloque

Antes de la noticia






Con la cámara al hombro corro detrás de Andrés, que se detiene frente al cordón policial.
-Enfocáme la cara, luego paneá por atrás y esfumás la visión antes del corte.
Actúo como un autómata mientras miro más atrás. La esquina, el camión volcado, el auto debajo, la mujer que llora, el gordo en camiseta que mastica un palito y pone cara de yo no fui.
Andrés viene con un flaco de pelo largo, me hace señas. Lo enfoco. Es el conductor de la ambulancia que espera los bomberos. El hombre está nervioso.
-Yo no vi nada. No quiero ver más, hay mucha sangre y para mí, el camionero iba rápido y se tragó el auto.
Aparece una mujer con la escoba en una mano y una niña comiendo chocolate de la otra. Andrés vuelve a las señas. Lo enfoco.
-Señor, yo vi todo. No como éste que habla porque tiene el uniforme verde.
-Señora, hablé porque me preguntaron.
-Pero si no sabés nada, para qué hacés facha delante de la cámara.
-¡Yo no hice facha!
Andrés interviene y pregunta. La mujer de la escoba contesta rápido.
-El viejo del auto tuvo la culpa, pasó al camión y dobló adelante. ¿Qué iba hacer el gordo? ¡Lo atropelló!
El flaco la interrumpe.
-Señora, dígale a la nena que no me toque. Tiene las manos sucias de chocolate.
-¿Y a vos, que te molesta la criatura? ¡Gusano!
-No me ofenda.
-¿Cómo te vas a ofender? ¡Sos un gusano! ¿Por una manchita de chocolate, qué te va a pasar? ¿Te van a echar?
El flaco se va. Lo sigo con la cámara. La mujer también lo sigue.
-¡No te vayas, que sin vos no hay noticias!
-¡Cortála, infelíz!
La mujer suelta a la nena y la escoba cae. Lo agarra de los pelos. Él se defiende.
-¡Soltáme, histérica!
En el piso, el flaco y la mujer, son un rollo de dos colores que va y viene. La nena llora, grita y se agarra de los pantalones de Andrés.
-¿Qué comió esta loca, una chocolatería?
La mujer, de un salto, está al lado y le da un cachetazo..
Andrés, sorprendido, responde igual.
El conductor de la ambulancia, recomponiéndose la ropa, sale en defensa de la mujer. la nena tironea de los cables, llegaron los bomberos, hay un alboroto terrible.
Ya no sé dónde estará Andrés. Un policía se lo llevó mientras el flaco y la señora se abrazaban.
La nena saca otro chocolate del bolsillo.
Huyo del lugar.
Odio el chocolate.




® Cecilia Ortiz


® Birlibirloque


Sombras y luces




Por las rendijas de la persiana se filtraban los primeros rayos de luz que traía la mañana, dibujando sobe la pared líneas tenues que resaltaban en la oscuridad. Los sonidos del exterior aún conservaban el sopor de horas pasadas, de vez en cuando un pájaro dejaba oír su canto en la lejanía. Recostada entre las sábanas revueltas miraba fijo un horizonte inexistente. Su cuerpo descansaba lánguido, hermoso, exhuberante, desnudo. Una mezcla voluptuosa de cigarrillo, alcohol y sexo inundaba aún el ambiente. Abandonada y solitaria.
¡Ni abandonada, ni solitaria! Quién te autoriza a decidir mi estado si hace apenas unos segundos que ponés en marcha mi historia estableciendo un juicio sobre mi persona.
El reloj sacudió su letargo. Extendió la mano para callar su innecesario aviso. Le había tapado la boca con un beso para callar la queja. Sabor a él. Magia de encuentro. Se hundió aún más en el lecho.
Es tu decisión, ahora estoy acá, no sé hasta cuando. No dejemos pasar lo que sentimos. La voz volvía una y otra vez. Los ojos negros la miraban buscando una respuesta. Ladeó la cabeza. La almohada conservaba aún su olor que se expandió como una oleada de sensaciones interiores. Se dejó llevar.
Adonde me dejé llevar? Ya no me dejo llevar por esos ataques románticos que has decidido que forman parte de mi ser. Hace mucho tiempo olvidé esas tonterías, nunca me dieron resultado. Igual tengo que reconocer, hace mucho que no siento algo parecido.
Hizo un esfuerzo para salir de las ensoñaciones que la embargaban. Ahora los sonidos llegaban de afuera y anunciaban el trajín de un nuevo día. El sol se colaba urgente por las rendijas. Una polilla revoloteaba paseando su vuelo de la luz a la sombra. Alas de brillo ceniciento. Destino errante. Dos vidas efímeras en un pequeño espacio. ¿Cuál era la diferencia?
¡Diferencia! De qué estás hablando? Efímera va a ser en el instante cuando al levantarme la aplauda entre mis manos, igual que me aplaudieron a mí tantas veces. No hay espacio para las dos.

¡Arriba, basta de tanta pavada! La ducha se va a llevar todos los recuerdos.
Arrastró su desnudez debajo del agua tibia que parecía renovarla. Alzó la cabeza dejando que la lluvia borrara sólo los signos de la noche pegados al cuerpo, los del alma seguían allí. Otras veces había sentido ese amago de felicidad pero había durado tan poco. Era diferente esta vez.
¿Es distinto? No lo sé, sólo quiero que lo sea.
-Mirá Lucía, todos los hombres son iguales, al principio te parece que encontraste la única maravilla que camina en el mundo, hasta que te demuestran que no es así.
Sonrió mientras secaba el pelo. Las frases de Inés sonaban terminantes. Sin embargo ella quería tener esperanza.
-Mirá querida, lo último que se pierde es la esperanza, ¿que perdés? tal vez ésta es la vencida.
Levantó la persiana dejando que el sol penetrara por la ventana acariciándole el cuerpo y el alma. No quería que la oscuridad siguiera envolviéndola, quería que su corazón estuviera de nuevo habitado, quería otro milagro.
¿Un milagro? Sí, en eso estamos de acuerdo, un milagro, sólo uno para demostrarme que existen, porque hasta ahora ellos fueron invisibles para mí. Sólo uno, tan sólo uno, ¿porqué no?
El movimiento de la calle la sacó de tantos pensamientos, volviéndola a la realidad.

Una bocina acompañada de un silbido de aprobación le hizo girar la mirada. Se sintió halagada. Caminó unos pasos hasta la esquina.


Levantó un brazo decidida y paró un taxi.



© Erica Schworer
® Birlibirloque

Sola como había llegado





Yacía perdida entre las sábanas revueltas, pequeña como un gorrión herido, el pelo rubio destrenzado sobre los almohadones.

Volvió a un lado la cabeza, sus ojos grandes, ya sin brillo, lo miraron suplicando en silencio que la quisiera un poco.
Extendió con esfuerzo una mano transparente para retenerlo y lo último que vio fue su espalda ancha, cuando apretando un pañuelo sobre su boca, abandonó la habitación sin decir palabra.
Cerró los ojos resignada y un suspiro entrecortado elevó su pecho.
Desde la iglesia cercana se dejaron oír nueve campanadas.
La madre apretó el rosario, inclinó la frente y lloró en silencio.
Un viento helado estremeció a la multitud arrodillada.
Parpadearon las velas antes de apagarse y un hondo gemido subió desde la plaza.

La vigilia había terminado.


© Myrta Zweifel

® Birlibirloque

Deporte



EL JUEGO DEL JABALÍ

Se inició el campeonato del original juego “Atrapando al jabalí con cucharas de café”
Dicho juego se realiza con un equipo formado por 8 jugadoras, es un deporte femenino sin límite de edad.




Como representante del periódico “El Ideal” me designaron a cubrir dicho evento, me sorprende el último equipo que se anotó, un grupo de ocho damas equipadas con unos conjuntos deportivos de conocidas marcas. Al realizarles un reportaje me hacen saber el pasatiempo que practican en sus momentos libre: unas leen libros que muchas veces les resultan aburridos pero, ávidas de saber el final, siguen hasta la última hoja; otras prefieren ver interminables novelas televisivas; dos tímidamente confiesan ir al bingo; es decir todas actividades que se realizan sentadas.
Por eso y por sentirse capaces de competir en este curioso deporte, deciden participar.
La disputa se lleva a cabo antes del asado, que se servirá gratis al equipo ganador, situación que las entusiasma sobre manera.
La capitana del Equipo de las Ocho da las instrucciones antes de salir al ruedo y exige al jurado que el jabalí ¡esté limpio¡
Primero le toca jugar al equipo de jovencitas, que después del consabido cansancio de 30 minutos terminan exhaustas y perdedoras, el jabalí fresco como una lechuga.
Las ocho señoras, luego de retocar los labios, salen a enfrentar al porcino que mira con curiosidad las brillantes cucharas sostenidas fuertemente por cada jugadora.
Asombra la fuerza y la destreza de las damas, que corren detrás del animal quedando empapadas en sudor y sus cabezas completamente despeinadas, pero el entusiasmos las empuja a seguir. Cecilia (es el nombre de la entrenadora) da ordenes, haciéndoles recordar las distintas posiciones, cosa que ellas ni siquiera escuchan pues el bullicio de la gente alentándolas es ensordecedor.
Es tal el entendimiento de las señoras que logran acorralar al animal encandilado por las relucientes cucharas, prolijamente lustradas para la ocasión y cae exhausto a los pies de las bellas mujeres.
El jurado asombrado por el espectacular triunfo decide hacer el Anti Doping a las participantes, pero no al animal que, ufanado en el juego, engulló una pastilla caída al descuido del bolsillo de una participante.
El grupo de las 8 pasa el análisis satisfactoriamente. ¡Ganaron en buena ley¡
Con los brazos en alto saludan al público que las aclama.
Orgullosas del triunfo se dirigen a disfrutar lo ganado.

¿En buena ley?



© Remedios Pernas

® Bilibirloque

Mitafricazer




Elegí para agradar mi vista, un paisaje conocido.
Elegí una música querida para halagar mi oído.
Elegí que mi ataúd sea este coche
amigo de tantas cacerías.
Elegí que mi sentir atormentado
por el gas quede en un rato y por siempre sofocado.

Nací blanco con infinitos privilegios
en un país de negros con infinitas injusticias.
Pude huir y cambiar mi historia
pero fue tanto el dolor que me rodeaba
que elegí, Mundo, que lo conocieras
y te horrorizaras.

Pensé, miles de manos solidarias, tal vez
pudieran dar pan, justicia y paz
al negro hermano.
Pero cómo hacerlo? Esa fue mi trampa.

En mi coche iba de lado a lado
gatillando imágenes que te golpearan.
Para que vos, Mundo te estremecieras
con el silbido de las balas
con las ejecuciones despiadadas
con el horror de un campo con cadáveres sembrado
con el espanto de niños masacrados.

Y para cazar imágenes y que no duela tanto
drogué mi entendimiento
amordacé mi alma
acallé mi grito
y sofoqué mi llanto.

Entonces la vi, gigante ave carroñera
aguardar el inminente desenlace,
a dos pasos de ella está la niña negra
desfalleciente, en el suelo, famélica, agotada.
La avidez inquieta del ave de rapiña
ve una segura presa en esta negra niña.

Y yo esperé y esperé una imagen mejorada.
Tal vez el ave se acercara
tal vez su actitud más amenazante se tornara
tal vez sus alas agitara
Esperé y esperé y gatillé una y otra vez.

Después la foto te recorrió, Mundo
y vos me contestaste
con fama, Pulitzer y repudio
todo, al mismo tiempo vomitaste.

Porque vos a mi me viste, igual al buitre,... agazapado
ante una niña que de hambre se caía
ofreciendo su humanidad al ave carroñera
y su indefensión al fotógrafo despiadado.

Y vos, Mundo te estremeciste, y con un gran dedo
me increpaste
y yo no quise defenderme
porque creí que era justo tu regaño.
Quise despertar tu sensibilidad
y acoracé mi alma.

Por eso este paisaje conocido
y la música que más me ha gustado.
Por eso el coche como ataúd me sirve
por eso el gas me está amortajando.

Jugué a no sentir, para que sientas
esa fue mi arma y también mi trampa.

El paisaje se diluye lentamente
el gas transita mis pulmones.
La música se acabó ya en mis oídos.

Ya no estoy
ni gatillo la máquina denunciando.

Ya no siento el horror de la injusticia.
Ya nada me golpea.
Ya todo es pasado.




© Irma Acuña (Poema para Kevin Carter- fotógrafo)
Julio – 07

®Birlibirloque

Perro durmiente

PERRO DURMIENDO SOBRE ASIENTO, SUBTE LINEA C
Sorpresa en la mañana porteña. Al subir a uno de los vagones en la terminal de Retiro encontraron asiento totalmente ocupado por un
perro. No hubo inconvenientes. Los pasajeros atónitos observaban de pie.




Buenos Aires.• Alguien que no quiso identificarse, llamó a la redacción de este periódico en la mañana para infomar que un perro ocupaba totalmente un asiento, en un tren con destino a Constitución. De inmediato fue enviado un periodista, que recogió algunos testimonios de los atónitos pasajeros que habían presenciado el suceso, al tiempo que dos cámaras de televisión instaladas en el lugar trasmitían en directo desde nuestro móvil.
Al ser interrogado un pasajero declaró que el perro en cuestión debía sufrir un ataque de amnesia y que por eso había subido a la formación en profundo estado de desconcierto.
No –dijo otro- el perro debe haber encontrado calor humano aquí adentro y por eso se vino a dormir.
Es cierto –contestó otro- Yo había subido dos estaciones antes y el perro no se encontraba.
Sí –dijo una jovencita- en un abrir y cerrar de ojos el perro apareció ahí, durmiendo.
Algunos se preguntaban ¿de dónde vendrá? Pero otros simplemente demandaban ¿dónde irá?
Una pasajera, con un profundo sentido romántico, declaró que con seguridad iba a ver a alguna novia que dejó lejos y por eso se tomó el subte.
¡Qué va! –gritó un gallego- ¡Está aquí para joder!
Sí –dijo otra- estos animales tienen la costumbre de dar lástima. Por eso recurren a todo tipo de artilugios para que se les dé atención.
Unos chicos que iban a la escuela le sacaron fotos quién sabe con qué fines –pensó el periodista desconfiado.
El can que seguía durmiendo a pata suelta en el asiento estaba sordo a todo comentario.
Tiene aire de falopa! –acotó un rockero que acertó pasar por ahí.
Sí, sí –afirmaron todos.
Yo vi –dijo otro entrevistado- que en ese asiento había un señor que leía el diario y antes de bajarse lo sacudió ¡varias veces!
Personal de Bomberos de la Policía Federal se apersonó en el lugar y miraron desconcertados al perro, que sin lugar a dudas era vagabundo y pulgoso, que seguía durmiendo plácidamente.
Después de varias horas de alboroto en torno al mismo, se pudo percibir que el perro pensaba ¡qué diablos hacen todos estos aquí!
Después de recabar toda la información posible en fuentes fidedignas, nuestro periodista está en condiciones de afirmar que se trata de Diógenes, caído después de los sacudones del matutino producidos por el pasajero que no pudo ser interrogado, ya que se había bajado casi al tiempo de subir, varias estaciones antes.
Al cierre de la presente, el can seguía durmiendo sin ninguna novedad. •


© Carolina Menapace

® Birlibirloque

jueves, 21 de agosto de 2008

Presentación




Nueva, recién nacida. Plena.
Para estrenar cada día.
Cordialmente.




® Birlibirloque