Por el placer de estar juntas hacemos juegos con palabras. Nos reunimos una vez por semana y entre café y cosas ricas, creamos letras en libertad.

lunes, 25 de enero de 2010

Del arte poética








Su música es símbolo, un puro sueño de la muerte
(revela nuestra cara)

Lucha de tiempo y agua, porque convierte
lo inconstante en poema.
-tan íntimo que no lo nombro-

Muy poco prosigue en mi carne
(la vigilia es sueño)
fondo de un espejo
a veces es otro el cristal
las murallas
-mirar, sentir, temer mis propios años-
una tregua pobre y eterna.

Su música, mis hábitos
(que son los mismos y son otros)




© Carolina, Cecilia, Irma, Erica, Remedios
13 de enero 2010

® Birlibirloque

Solo Juana




Bajó del colectivo, se acomodó la campera , dio varias vueltas a la bufanda multicolor alrededor del cuello y emprendió con paso decidido las cuadras que le quedaban recorrer hasta la casa. Miraba solo al frente. Cada día el trayecto le producía la misma sensación que se repetía una y otra vez. Le parecía escuchar pasos que la seguían pero sabía que era solo su imaginación, ya no tenía porque sentir ese temor de antaño aunque a veces el recuerdo volvía , el asco le pegaba en la boca bajando escondido hasta su vientre.


Nunca se arrepintió de lo que había hecho, en su interior agradecía que la naturaleza le haya dado un carácter diferente, aguerrido , luchador y rebelde.
¿Pero de donde te salió esta? le decían a su madre que con una sonrisa mansa levantaba los hombros como diciendo ¡no sé! Mientras acariciaba la cabeza de Juana y pensaba ¡Mejor así!
Ella era la mayor de siete hermanos y poco le duró la infancia despreocupada. Se hizo cargo de su rol, de las ausencias del padre, de la fragilidad de la madre . Solo tenía una debilidad y era María , la hermana-hija que había criado , que por las noches se acurrucaba a su lado en las camas compartidas y apoyaba la cabeza en su hombro y deslizaba su mano pequeña entre las suyas buscando la protección que sentía encontrar en ella.
El tiempo fue pasando y María se convirtió en una adolescente bonita , vivaz e ingenua hasta el día en que sin ningún motivo dejó de hablar .
- No sé que le pasa a esta chica , antes tan alegre ahora no quiere salir, no habla está como en otro mundo .
Juana vio el cambio . Con paciencia , cariño y tenacidad poco a poco logró que le relatara entre susurros y lagrimas el motivo de su angustia. Juana entendió , ató cabos, le preguntó, supo con certeza lo que le había pasado.
La ira, el dolor y la impotencia no la dejaron descansar por un tiempo hasta que tomó la decisión. Sabía que debía hacer.
Cambió su vestimenta casi varonil por un atuendo más atractivo buscando al volver por las noches del trabajo lo mismo que le había ocurrido a su niña. No tardaría mucho en caer por las oscuras calles del barrio. Lo esperaba en su silencioso caminar . Llegó esa noche , pasos que la seguían apurando el andar , Juana sabía quien era , pero él no sabía que ella llevaba dentro una fiera. La tomó por la espalda , apretó su boca , la empujó hacia la oscuridad del fondo del terreno baldío . Se dejó arrastrar , no opuso resistencia , el corazón acelerado. La arrodilló frente a él sosteniéndole con fuerza la cabeza.
Pensó en María , apretó con fuerza el arma que llevaba en el bolsillo y en la fracción de segundos posteriores a la liberación del hombre, se soltó se puso en pié de un salto y con mano firme pegó el arma al pecho del sorprendido hombre y disparó , no una sino varias veces pensando en todas las Juanas y Marías que habían pasado por esos momentos.
No sintió culpa , solo un gran alivio .
A la mañana siguiente la noticia corrió por el barrio .
- Mamá , mamá! Anoche mataron al tío .
Nadie preguntó qué tío .
Juana no dijo ni una palabra , besó a la madre , a María y salió para el trabajo.





© Erica Schworer
20/01/10

® Birlibirloque

El amado








Recorro tierra y mar
para contemplarlo
y él con su desnudez,
con su presencia
me atraviesa el alma.
lo miro y lo admiro
pero su mirada cardiaca y pétrea
está fija en su enemigo


Es un encuentro de lucha desigual
que ocurrirá en un instante
congelado en el tiempo
sostenido en el mito
contado en piedra y talento.

Y también lo admiro a él
capaz de cincelar belleza
Ha marcado en piedra un cuerpo nuevo
una fuerza joven
gestos y mirada
que nos cuentan todo

Esa tensión, ese instante de miedo
ese momento en que se juega entero
Nada saben del triunfo que la historia narra
vive eternamente el instante previo

Ese sutil sufrimiento
me insta a que le murmure al oído
con palabras marmóreas:
“Serás quien gane esta contienda”




©Irma Acuña
Noviembre 09
® Birlibirloque

Como bolita







Camina sin parar del comedor a la cocina. Quiere hurgar en el tacho de la basura, ya aprendió a pisar el pedal. Ocho pares de ojos siguen y controlan su deambular-¡No!-gritan al unísono tíos, padres, abuelos.
El lleva aferrado algo siempre en la mano izquierda, un trapito, un perro de goma, un pedazo de pan, eso le da seguridad en el andar, parece que lo sostiene en pie.
Sigue su marcha y manotea lo que encuentra a su paso, estuches de anteojos, llaves, botellas plásticas que se divierte en hacer rodar. Hay que poner todo fuera del alcance de su mano y de su ojo avizor, libros, papeles que se puedan morder, biromes, posa vasos, monederos, que va echando para atrás por sobre su hombro izquierdo.
Anda sin parar con sus pasos recién estrenados, controlando apenas la dirección y la velocidad. Perdió una zapatilla y va en yanta, medio de costado hablando en su lengua singular. Haciendo ojitos, beru beru, tomando agua de su sorbito, diciendo no, no –meneando la cabeza, mostrando sus cuatro dientes feroces.
Sale a la galería y se acerca al borde, hay tres escalones que lo separan del parque.-¡Date vuelta, date vuelta!- le gritan. Se vuelve obediente y baja gateando de culata. Da unos pasos por el pasto, vuelve a subir de frente, cruza el embaldosado y llega hasta la otra punta. Allí la altura hasta el pasto es menor, baja de pie y el declive lo hace acelerar, cae sentado sobre el césped junto a una planta baja de dalias. Como todos le gritan –
¡Upa, upa! Deja de hacer pucheros y se dedica a deshojar la flor pétalo por pétalo. Cuando se cansa se dirige feliz a los perros que dormitan junto a la pared; éstos lo ven venir y se retiran antes de que se les tire encima y les retuerza las orejas. Prueba unos trocitos de Dogui y hace caso omiso de las órdenes -¡Dejá eso, no, no, escupí, escupí. Escupe ostentosamente, da unos chillidos, vuelve a la sala y arremete con más bríos.
Muerde todo lo que encuentra. No se le escapan ni almohadones, ni controles ni celulares. Da vueltas y vueltas alrededor de la mesa del comedor, de pasada aprieta las teclas del televisor.
Para defenderse de él, la abuela los ha tapado con cinta de pintor. Da resultado por muy poco tiempo, en un descuido y con los deditos índice y pulgar engancha una punta, la despega y apaga el aparato. Justo cuando ellos están alentando como locos esperando el gol salvador que daría e l triunfo al Seleccionado Nacional-¡Dale ahora, tirá, tirá! ¡No Vito, no! ¿Qué hiciste?- el padre se precipita y lo vuelve a prender. Se perdieron el gol, el vuelo de pájaro y el zurdazo de Damián.
Incapaz de soportar más tantos gritos, tantos no, Vito apoya los brazos y la cabeza en la mesita del living, como un borracho sobre el estaño del bar y llora desconsoladamente. Los adultos al verlo ríen divertidos y se abrazan festejando el triunfo del seleccionado. El se incorpora con el rostro bañado en llanto y abrazándose a las piernas de su padre grita ¡Gol!



© Myrta Zweifel
Enero de 2009

®Birlibirloque

El crimen perfecto









Ese 21 de septiembre las islas del Delta, bañadas de agua, sol, y distintos tonos verdes, es el lugar perfecto para un día de diversión.
Poco a poco la mañana se llena de lanchas que transitan por las aguas color león. La alegría de los pasajeros invade el bello paisaje.
Los jóvenes ocupantes de las embarcaciones celebran el inicio de la primavera y el día del estudiante.
Para Marixa es la salida deseada con José. Compartían un incipiente romance, está alegre, feliz.
El día transcurre entre risas y regocijo.
Ellos se juran amor eterno, por momentos se alejan del grupo.

Poco tiempo después del placentero viaje, Marixa empieza a sentir molestias, se preocupa, los vómitos la acompañan continuamente, piensa en una hepatitis o quizás alguna comida en mal estado.
Una amiga, que había pasado por lo mismo, aconseja.
La noticia sorprende, la amiga tranquiliza.
- No le digas a tus padres –
Juntas visitan a una falsa doctora


Dentro de Marixa se lleva a cabo el crimen perfecto. Ella llora. Dentro de ella una mano asesina destruye lo que germinó en una luminosa tarde de primavera. No hay gritos.





©Remedios Pernas
12/6/07
® Birlibirloque

vagabundo








Del alto muro desolado se desliza un hilo.
Cordón umbilical y soga funesta que al llegar finalmente, tercamente al suelo
se enrosca en víbora huye hacia la selva, su morada.
El muro enceguecido vuelve a deslizar un hilo que arrastra al tiempo creando
la imagen única del arte.
Bajó entonces una mariposa a un lugar oscuro y penetró esa imagen.
Y el momento desapareció.

El adulto dibuja un niño que vivió en la enigmática China.
Tiene sombrero amarillo y ojos torcidos. Sonríe desde el papel con sombrías intenciones. Manchas rojas mitigan la esperanza y la justicia.

Cuando compre un espejo para el baño, miraré mis ojos tratando de conocer las sigilosas sensaciones, los encubiertos caminos de la sangre.
La memoria.
Mientras tanto me miro de reojo en los vidrios de las calles.
Y así transcurro.



© Carolina Menapace

® Birlibirloque

Ella, la otra







Convivo con ella desde siempre.
Me habita, me cuestiona, me acompaña,
conoce mis entresijos,
comprende mis silencios.
Y no pregunta, ya que al fin
de mi lo sabe todo.
La sorprendo murmurando salmos,
invocando indiferentes dioses
que ignoran sus preces.
Sumergida en las sombras,
a ella la embelesa
el pensamiento mágico
y lo utiliza con habilidad.
De un golpecito abre
las puertas del conocimiento
cuando las encuentro cerradas.

Invirtiendo los roles
me regocijo en su asombro,
y la habito en su psique
sin solicitar permiso.



© Lidia A. González
®Birlibirloque

Por la Galaxia

María Elsa está de viaje por la Galaxia, a su regreso nos relatará, como ella sabe hacer muy bien, los vaivenes del Universo y algún detalle que sus ojos expertos, con la ayuda de sus manos, tomarán nota con mucho cuidado.






Las nubes lagrimean, el río está triste,
sus olas pequeñas golpean las piedras.
Las piedras alojan sus gemidos
los retrotraen y devuelven
(con gotas asimétricas)
a juntarse con el resto
que incoloras, dolientes,
persisten en el tiempo.
Valientes.
El sol cuando salga nuevamente
teñirá de azul calmo
-milagro diario-
sonreirá con pléyades rugientes.
Otro invierno se irá como los vientos
surgirá la primavera, las hojas cubrirán tus olas,
acariciando
suavemente el marrón vívido de tus aguas.



© María Elsa Bravo

® Birlibirloque

Buenos Aires Reina







Te veo, Buenos Aires, recostada junto al río
encendidas tus luces marineras
bebiendo sueños al borde del silencio.
Me recorren tus voces:
desde el peregrino eco hasta el clamor musical
ceremonia verde
roja, amarilla, que desliza ruedas y comedias.
Te veo
desde la estrella inalcanzable de mi espacio
el pequeño mundo que descorre telones gruesos
muestra el gesto de exilio que no se abate
y esperanzado aguarda
que aparezca
la carroza blanca, el cazador diestro
el manto sobre el camino terso
la boca que anuncie el beso y me sorprenda.
Te veo, Buenos Aires, como yo
sin rendirte a la evidencia
- desarraigo de equivocadas raíces-
Inmutable
te extiendes hacia el oeste
ensayando versos.
Como yo, que te observo,
y siento el leve roce de la brisa
que vislumbro con nombre incierto.
Qué puedo pedirte ahora
ahora, que mi angustia se ha vestido de fiesta.
Beberé los rastros en la creciente tranquila
y seré, mecida por mi signo de agua
más agua con destino de fuego viejo.

Te veo, Buenos Aires, desde la orilla del mundo
mi redondo paisaje.
Latido, sueño, sauce inclinado
síndrome de mar sumergido en río.
Seré siempre, como esta noche
continuaré sintiendo que me perteneces.
Buenos Aires, mi destino.
Mírame a los ojos desde tu centro
y te verás como eres
reina plebeya en una curva de América.



© -Cecilia Ortiz-

® Birlibirloque