Por el placer de estar juntas hacemos juegos con palabras. Nos reunimos una vez por semana y entre café y cosas ricas, creamos letras en libertad.

jueves, 8 de abril de 2010

Levantaste el papel donde escribías







.

al comienzo era apenas un punto
tan pequeño e insignificante
como esa sensación que te invadía
al contemplar el infinito cielo de una noche estrellada.

¿

levantaste nuevamente el papel
y junto al punto hallaste un gran signo de interrogación
formabas parte de este mundo,
sin entender bien porqué estabas en él
¡qué extraño designio te había creado!
Preguntaste, leíste, buscaste,
escuchaste muchas respuestas, ninguna te convenció,
nadie logró explicarte NADA

¿ ¿ ¿
enojada levantaste muchas veces el papel
solo hallabas el punto en medio de un confuso laberinto de
palabras, de símbolos, de voces
la verdad no estaba allí, tendrías que buscar en otro sitio


? ? ?


después de un largo tiempo levantaste otra vez el papel,
el caos había desaparecido, el punto seguía en el mismo sitio
pero detrás de él se extendía una línea hermosamente recta
que se dirigía serena hacia el horizonte

._____________________


© Erica Schworer
22/03/2010

®Birlibirloque

Un paso al otro lado








El no puso jamás un pie del otro lado.
Más no puede dejar de pensar en ello.
Se encuentra en el tramo final de su vida. Su andar es vacilante y el agobio de los años le curva la espada.
En procura de un rayo de sol, busca una mesa libre en la vereda del Bar “Walkiria”. La encuentra y acomoda sus huesos en una silla y entrecerrando los ojos , en un sopor oscilando entre el sueño y la fatiga, revuelve en el baúl de los recuerdos…
La imagen de Angélica, niña, se hace nítida, con sus trenzas doradas, pecosa y blanca como la leche.
Piensa en su infancia, la escuela, los amigos del barrio, compinches con los que ya adolescentes descubrirían los secretos del sexo…
Los bailes en el club. La casa paterna que el viejo había levantado con sus propias manos, y su madre cultivando rosas y arvejillas de todos los colores.
Esa misma casa, que compartía con su hermana hasta que falleció , y donde aún vive,
está sitiada por el deterioro, las hormigas y los yuyos.
Se palpa el bolsillo asegurándose que tiene con que pagar, sus ingresos son magros y apenas le alcanzan para subsistir.
En otros tiempos se encontraba con amigos, ya casi no le quedan .
Esta mañana le dieron la noticia que había muerto Angélica, su compañera de escuela y de juegos…
Abre sus ojillos cansados y contempla el ir y venir de la gente por la avenida, bebe un sorbo de agua y cae en la cuenta que así, mirando a los otros se le fue escurriendo la vida. Pronto, lo sabe, pondrá su pié en ese lugar desconocido que lo perturba.
Un hondo suspiro escapa de su boca, mientras se pregunta porqué nunca le dijo a Angélica que la amaba.



© Lidia A. Gonzáles

® Birlibirloque

Siempre me asaltan pensamientos apurados








De cara al sol, enceguecida por el amarillo que disemina
olvidada de mí y concentrada pregunto y alguien responde por ahí,
¿Para qué las naves espaciales?
-Para seguir intentado el ejercicio de la imaginación y de la palabra.

¿Para qué caminar largas cuadras como si de esa forma buscara el futuro?
- para que la sangre siga circulando y la cabeza pueda girar en la memoria.

¿Para qué tomo café?
-para disfrutar... disfrutar... ver pasar a otros... oír los ruidos... sentir los olores de la tarde,
de la mañana.

¿Para qué seguir implorando?
-para despejar el alma de su profunda tristeza.

¿Para qué el amor?
-para acercarnos a El y alejarnos de la muerte.

¿Para qué este vaso de agua?
- para ahogar la sed de mi sistema.

¿Para qué todo?
-supongo que para vivir.




© Carolina Menapace

® Birlibirloque

Volar por las orillas








Volar por las orillas
dormir en el pasto duro
cantar los sueños y a grito pelado
vociferar contra los desdenes
celebrar las melodías inventadas con la luna
bostezar frente a los actos
atragantarse con alegría, aromas, dibujos, sonidos
airar la vida con ojos de la realidad
une a poetas y locos/locas

Son atraídos con singular ternura
aquellos que pueden elevarse en la noche
y correr tras las estrellas
subirse a unos claros ojos, soñar en la mirada
de unos oscuros.

Los que deshacen lo real
son sus desaciertos,
los abandonados, los miserables imprescindibles
los convencidos de que la Plaza de Mayo es un museo
y que a veces, de vez en cuando, es posible ser feliz
que tu pueblo está para triunfar
Ee río para ser un vergel.

El común trata de loco, locas a quienes salen de los límites
El loco Juan. La loca esa. El loco Fermín. El loco Francisco
Los locos de remate
Las locas de atar
Las locas de amor
Le dicen.



© María Elsa Bravo

® Birlibirloque

La cámara se detuvo









La joven pareja, admirada y aclamada, desfila por la calles de Dallas en un descapotable.
La muchedumbre los aplaude y ovaciona.
De pronto.
Un certero disparo deja sin vida al flamante presidente.
Gritos de dolor y desconcierto irrumpen el ambiente festivo, la sangrienta escena, dejó sin aliento a los presentes, que miran atónitos.
El mundo entero se siente conmovido
Él, un joven líder admirado por el impulso de sus ideas.
Ella la esposa perfecta, madre de dos pequeños, fruto de su matrimonio con el hombre más admirado de los EE.UU. Distinguida, elegante, viste un clásico trajecito Chanel, completa su atuendo con un sombrero que enmarca su hermoso rostro.
Ese funesto día una mente macabra sesga la vida de uno de los hombres más significativos de la historia mundial. De él dependen grandes decisiones que en ese preciso instante quedan truncas.
La joven pareja llena de glamour y popularidad, es sorprendida por un inesperado ataque. Un franco tirador.
El trajecito Chanel, rosa pálido, quedó estampado de rojo, sangre de su amado esposo que yace sin vida en su regazo.
El sicario que disparó se lavó las manos, indiferente al hecho cometido, se cepilló el traje, para luego perderse entre la multitud que consternada y sorprendida, presencia el brutal ataque.
La cámara se detuvo…. sobre el asiento trasero del descapotable, registrando para la inmortalidad la patética escena.




© Remedios Pernas
5 / 7 / 09
® Birlibirloque

Amar a Dios





Gemelos en su amor a Dios.
Le reza uno en sus altares

La púrpura modorra de su verbo,
conoce de mirar hacia otros lares,
¡“Tu vida peligra”! advierte al degollado.
Infinito el tiempo que robó a ese ser
… es su forma de vivir en el poder.

El otro, en cambio, rodeado de Dios vive
en la pobreza jugado, entregado convive.
Bendiciendo manos de trabajador con hambre
es para el gobierno, un verdadero calambre.

Es un hombre de gran estatura,
que su amor fastidia al que está en la altura,
reconforta al sin abrigo,
y sacude al distraído.

Sus palabras, claro, que al poder molestan
porque el nunca está en la fiesta.
Su oficio y gozo es dar su emoción,
a quien navega en la inanición.





© Irma Acuña

® Birlibirloque

Pecesitos de colores





-Uy, viene para acá.
-No tengas miedo, es solo una mujer- la anciana se acercaba sonriendo.
-Déjame que te adivine la suerte, linda.
-Mientras no me des malas noticias- y le había extendido la mano.
La gitana le pasó un dedo por la palma -Has tenido una buena vida pero- había agregado palideciendo -cuando eras joven te fuiste de este mundo.
-Si, pero volví, mi hijo venía con dos vueltas de cordón alrededor del cuello, la partera lo zafó pero tuve una hemorragia que no podían contener y abandone mi cuerpo.
-Te hicieron regresar.
-Si, llegué a un lugar luminoso, había personas que me llamaban...
-Pero aun no debías estar allí.
-Es cierto -había murmurado secándose una lagrima- sentía tanta paz, pero alguien me dijo que acá me necesitaban y que debía volver.
-No era tu tiempo aún.
-Por eso regresé, la hemorragia se detuvo cuando la vieja Asunción hizo una cruz de sal en el patio y le clavó el hacha en el medio.
-Yo te voy a decir una cosa y acercándose a su oído le susurro en secreto.
Ella rió y echando la cabeza hacia atrás había preguntado incrédula-¿Pececitos de colores?
Como el día era soleado y estaba disfrutando del sol en aquella plaza, le dio un billete a la gitana y le dijo a la amiga que la acompañaba -Crié una familia, tuve hijos, marido, un hombre bueno, pero nunca estuve enamorada de él ¿Crees que algún día conoceré el amor?
-Se lo hubieras preguntado.
Se encogió de hombros y dijo –Yo voy a seguir esperando-

Ahora sabía por que había vuelto a su memoria ese suceso olvidado. Parada con su hermano en medio del patio de la casa paterna, miraban el cielo con ansiedad ¡Hacia tanto que no llovía! Todo estaba mustio, marchito, tapado de tierra.
-Si el tiempo no se decide de una vez, todo se va a perder -dijo el hermano escupiendo por el colmillo, al ver los relámpago agregó- Va a ser otra tormenta de verano.
La tarde se oscureció de golpe, pasaban presurosas las nubes, un relámpago ilumino el cielo y se oían amenazantes los truenos. Aun no llovía.
Su sobrina iba a descolgar la ropa cuando el padre le grito-No toques el alambre!
Asustada la joven volvió junto a él.
En un momento la atmósfera cambió, una luz rojiza cubrió el cielo y sumió las cosas en un color sangre tan intenso que daba miedo, la casa parecía en llamas, el patio, los árboles y hasta los rostros resplandecían como si estuviesen ardiendo, se miraron azorados.
De pronto en medio de la calma un rayo como jamás habían visto ni oído, cayó sobre el poste, corrió por el alambre y partió el paraíso adonde estaba atada la otra punta, las sabanas y la ropa ardieron, lo mismo que el árbol. Sobrevino un silencio profundo, empezaron a caer grandes gotas que formaban charcas rojizas, la tierra reseca las absorbía al instante. Ella vio que algo plateado se agitaba sobre la tierra mojada, se agachó para mirar mejor, unos pececitos celestes agonizaban en el suelo, depositó uno en la palma de su mano izquierda, le pasó un dedo por arriba y pensó-¿Cómo puede ser, tan lejos del mar? ¡Qué ráfaga gigantesca los arrebató de su seno, los elevó hasta las nubes y los devolvió a la tierra en una lluvia de sangre!
Apretó con fuerza el pececito en el puño y contempló con tristeza todo lo que la rodeaba, a los mayores que discutían en voz alta el origen de aquel fenómeno, a los niños que con un palito revolvían los yuyos y se dijo
-Ya no hay tiempo, ya no vendrá- atrapó una lagrima con el índice y el pulgar y la secó con disimulo en la falda, suspiró y pensó con melancolía, mañana voy a morir-.
Porque ese era el secreto que le había susurrado aquella gitana: Al día siguiente de que lluevan pececitos de colores vas a dejar este mundo. No importa a donde vayas ni en que lugar te encuentres, ellos van a caer a tus pies con una señal de sangre.


© Myrta Zweifel
® Birlibirloque

Con otra mirada







Tierra herida.
Incansable canto a la existencia.
Aún quedan palabras con el poder de puñales
que vienen detrás de un cortejo sin cuerpos.
Atraviesan límites, redes sin destino.
Impiden que el aire penetre en la tristeza
y el mundo soñado se agite sin formas.
Tierra cubierta de brazos alzados
testigo de ofrendas
que repiten la señal de los cielos.
Tierra hermana de rostros que preguntan
levantan los ojos invocando
al dormido viento.
Aún el llanto genera albergues
para manos que apartan la dolencia.
Tierra de paisajes abismados y confines de hiedra
por cada lágrima un nuevo misterio
para saber si la memoria es credo.
Tierra herida, dominada por fantasmas
aún hay palabras habitadas por la magia.
En noches apacibles se liberará el nombre
y volverás a ser con la claridad del día
tierra consagrada, cuenco en la hoguera.

Se han partido estrellas en mis ojos
con otra mirada veo el costado del mundo.





© Cecilia Ortiz ( En la geografía de mis manos)
® Birlibirloque