Por el placer de estar juntas hacemos juegos con palabras. Nos reunimos una vez por semana y entre café y cosas ricas, creamos letras en libertad.

jueves, 23 de julio de 2009

Boceto para un retrato







a mi hermana



Me pidieron que hiciera un retrato.
Me decidí por el de mi hermana. Traté de recordarla.
¿Cuál sería la imagen a describir?
¿Qué momento de su vida retrataría?
Me dije: Voy a hacer una descripción objetiva, como figuraría en su documento de persona.

Ojos glaucos. Frente amplia. Piel blanca. Cutis perfecto.
Nariz normal. Así estaba escrito en su cédula.
Boca mediana de labios finos pero sensuales, con dientes blancos y muy sanos.

Pintada de rojo como se usaba, muy glamorosa. Sonrisa maravillosa. Cuando se pintaba yo quedaba extasiada observando cómo lo hacía. Pensaba que, de grande me iba a pintar los labios como ella. Nunca lo hice.

Pies número 37. Zapatos siempre de taco alto, lindos, negros. De los zapatos oigo todavía las advertencias de madre, “que sean honestos”.

Manos bellísimas con uñas impecables, que se lucían cuando tocaba el piano o cosía.
Andar erguido y airoso – decían la vecinas.
Conversación agradable. “Siempre tiene tema- decía padre”.
Un minón – decían los muchachos del barrio, codiciosos.
Mejillas levemente sonrosadas.
Mirada evocadora.
Una joven muy simpática – decían todos.

Y yo siento que a pesar de toda esta descripción nunca puedo asir la imagen de Enriqueta, siempre se va volando en el aire, como su vida.




® Carolina Menapace

© Birlibirloque

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