Por el placer de estar juntas hacemos juegos con palabras. Nos reunimos una vez por semana y entre café y cosas ricas, creamos letras en libertad.

viernes, 19 de septiembre de 2008

De cuando todo era en blanco y negro





Es una fotografía común, entre muchas otras, gente diversa que no parece tener un nexo entre sí.
Blanco y negro, casi sepia.
Mirando atentamente, cada uno de los integrantes, parecen estar actuando su papel, en un escenario y el personaje que llegarán a ser en el transcurrir del tiempo.
Un patio con una parra exuberante sobre las cabezas. Y el gesto congelado en el papel…
El padre, alto, bien erguido, con ropas de entrecasa, una boina blanca ladeada sobre su cabeza, aferradas las manos al caño de una escopeta.
La madre sonriendo con tristeza.
Una mujer joven, vestida como anciana.
La muchacha adolescente tomada del brazo del hombre con pose de diva.
Otra chica vestida de organdí, como de fiesta y con volados, seria, presintiendo los sufrimientos futuros.
Una niña pequeña levanta el ruedo de su vestidito con la mano izquierda, y con la derecha estrecha la mano de otra niña, que mira hacia el objetivo con el ceño fruncido.
La escenografía está muy cuidada. La jaula de los pájaros a un lado y entre las piernas de las chicas se adivina las patas del perro.
Hay además un pequeñito que da el clima perfecto. Con gesto serio y ojos cerrados toca su flauta, y la música es el bálsamo que cura las heridas que va abriendo la vida.


© Lidia A. González

® Birlibirloque



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