Por el placer de estar juntas hacemos juegos con palabras. Nos reunimos una vez por semana y entre café y cosas ricas, creamos letras en libertad.

lunes, 22 de febrero de 2010

Un sueño soñé ñañoche







“Lo que más desees en la vida”, es lo que prometió “la caja de las fantasías” que nos harían realidad, si lo escribíamos.
Y porque no? Así que ahí estaba mi “vivir en una playa del Caribe” descansando mullidamente sobre un colchón de blanco corrector, que ocultaba el verdadero, más profundo e irrealizable deseo en la vida, “volver a ver a mi abuela”.
Así son las cosas, no sé por que arte, me fue concedido, no el primero sino el enterrado deseo, y ahí fui, a una dirección que no recuerdo ahora pero llegué, era en la calle Juan B. Justo. Allí estaba, para mi sorpresa, una niña de unos ocho años con colitas, pollera plisada, saltando la cuerda.
Un error de calculo, ya que a esa edad mi buena abuela saltaba la cuerda y al llegar al piso, sus pies tocaban tierra gallega.
Pensé, un error de producción, de época, tal vez de persona.
De todos modos mi corazón entusiasmado, se atropelló en buscar a mi padre que para mi asombro…, es como si en este relato la línea del tiempo se hubiera doblado, sin querer, por error,¿ por el viento?, y todos los personajes, incluso yo, somos más jóvenes.
Quien ha muerto, es niña y salta la cuerda, quien es viejo, es joven, quien es más viejo, es más joven. Pero como ese doblez no es perfecto,… mi padre aun joven padece de la hemiplejia que adquirió en su vejez.
Así que, en una casa de la calle Juan B. Justo, llevo a mi padre joven y herido a encontrarse con su madre niña, que salta la cuerda, mientras canta morriñas , quien mueve su blanquísimo rostro en dirección a ese, su sexto hijo y único vivo y amorosamente le grita: “¡Bubby!”




©Irma Acuña
Octubre 09
® Birlibirloque

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