Por el placer de estar juntas hacemos juegos con palabras. Nos reunimos una vez por semana y entre café y cosas ricas, creamos letras en libertad.

lunes, 22 de febrero de 2010

Refugio







Soplaba las pompas. Una tras otra explotaban en el aire dejando un arco iris que se divisaba a lo lejos .Una muy grande permaneció flotando largo tiempo…esa llevaba un deseo, desapareció en el aire, ligera y frágil, rauda con su mensaje. Era el mismo que musitaba una y otra vez, el que colgué de uno de los árboles que crecían en la casa. El más alto tenía un gran nido, los días que estaba triste trepaba hasta él y permanecía largas horas acurrucada con los ojos cerrados y dejando que el sonido del viento entre las ramas me meciera.. Otras veces miraba desde la rama más elevada el camino de botones que silenciosos salían de la caja de madera, se alineaban en fila, tomaban distancia con sus brazos extendidos y lucían sus guardapolvos de colores. Cantaban al son del trique- trique de la máquina de Lala una canción de libertad de las épocas en que veían la vida desde otros lugares. Había días en que algunos salían otra vez, los 6 blancos, pequeños, nacarados para mi blusa. La reina con su corona de brillantes los miraba con enojo, no había dado su consentimiento porque eran sus pajes entonces, dio orden de inmediata retirada a la caja que abría su enorme boca para tragarlos nuevamente.
Los días de tormenta me gustaba apoyarme en el tronco grueso, protector, me rodeaba con sus fuertes brazos mientras escuchaba cuentos de brujas y fantasmas que caían uno tras otro impregnando de misterio las sombras del atardecer.
El verano me encontraba debajo del ciruelo, comía los corazones colgantes dibujando y recortando mariposas que luego abandonaba en las ramas para que pudieran elevarse con la cálida brisa de la tarde.
En invierno miraba el cielo estrellado desde la pequeña ventana de la cabaña de Heidy , las montañas nevadas, mientras el abuelo me traía un trozo de pan con queso y una jarra de leche.
Aun recuerdo el día en que me subí por última vez al árbol con el nido que me había servido tantas veces de refugio. Era tan cálido.
Y afuera hacía tanto frío…


© Erica Schworer
– 18/11/2009
® Birlibirloque

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