
Colocó la escalera justo debajo de la bombita de luz que iba a cambiar. La abrió con fuerza. Era pesada. Miró hacia lo alto calculando justo las distancias. Tomó la lamparita y empezó a subir el lado 1 de la escalera; contó uno por uno los escalones = 15. La pucha que tenía techos altos esta casa. Y él con tanto vértigo.
Y el susto de la electricidad además.
La cambió con sumo cuidado, y bajó por el lado 2 de la escalera = otros 15 peldaños.
Ya en tierra le pareció que había realizado una hazaña maravillosa. Contempló su obra como Miguel Ángel la Capilla Sixtina. Se mareó, y fue tal el susto por lo que había hecho que se quedó seco.
Y el susto de la electricidad además.
La cambió con sumo cuidado, y bajó por el lado 2 de la escalera = otros 15 peldaños.
Ya en tierra le pareció que había realizado una hazaña maravillosa. Contempló su obra como Miguel Ángel la Capilla Sixtina. Se mareó, y fue tal el susto por lo que había hecho que se quedó seco.
© Carolina Menapace
® Birlibirloque
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