Por el placer de estar juntas hacemos juegos con palabras. Nos reunimos una vez por semana y entre café y cosas ricas, creamos letras en libertad.

sábado, 30 de agosto de 2008

Sombras y luces




Por las rendijas de la persiana se filtraban los primeros rayos de luz que traía la mañana, dibujando sobe la pared líneas tenues que resaltaban en la oscuridad. Los sonidos del exterior aún conservaban el sopor de horas pasadas, de vez en cuando un pájaro dejaba oír su canto en la lejanía. Recostada entre las sábanas revueltas miraba fijo un horizonte inexistente. Su cuerpo descansaba lánguido, hermoso, exhuberante, desnudo. Una mezcla voluptuosa de cigarrillo, alcohol y sexo inundaba aún el ambiente. Abandonada y solitaria.
¡Ni abandonada, ni solitaria! Quién te autoriza a decidir mi estado si hace apenas unos segundos que ponés en marcha mi historia estableciendo un juicio sobre mi persona.
El reloj sacudió su letargo. Extendió la mano para callar su innecesario aviso. Le había tapado la boca con un beso para callar la queja. Sabor a él. Magia de encuentro. Se hundió aún más en el lecho.
Es tu decisión, ahora estoy acá, no sé hasta cuando. No dejemos pasar lo que sentimos. La voz volvía una y otra vez. Los ojos negros la miraban buscando una respuesta. Ladeó la cabeza. La almohada conservaba aún su olor que se expandió como una oleada de sensaciones interiores. Se dejó llevar.
Adonde me dejé llevar? Ya no me dejo llevar por esos ataques románticos que has decidido que forman parte de mi ser. Hace mucho tiempo olvidé esas tonterías, nunca me dieron resultado. Igual tengo que reconocer, hace mucho que no siento algo parecido.
Hizo un esfuerzo para salir de las ensoñaciones que la embargaban. Ahora los sonidos llegaban de afuera y anunciaban el trajín de un nuevo día. El sol se colaba urgente por las rendijas. Una polilla revoloteaba paseando su vuelo de la luz a la sombra. Alas de brillo ceniciento. Destino errante. Dos vidas efímeras en un pequeño espacio. ¿Cuál era la diferencia?
¡Diferencia! De qué estás hablando? Efímera va a ser en el instante cuando al levantarme la aplauda entre mis manos, igual que me aplaudieron a mí tantas veces. No hay espacio para las dos.

¡Arriba, basta de tanta pavada! La ducha se va a llevar todos los recuerdos.
Arrastró su desnudez debajo del agua tibia que parecía renovarla. Alzó la cabeza dejando que la lluvia borrara sólo los signos de la noche pegados al cuerpo, los del alma seguían allí. Otras veces había sentido ese amago de felicidad pero había durado tan poco. Era diferente esta vez.
¿Es distinto? No lo sé, sólo quiero que lo sea.
-Mirá Lucía, todos los hombres son iguales, al principio te parece que encontraste la única maravilla que camina en el mundo, hasta que te demuestran que no es así.
Sonrió mientras secaba el pelo. Las frases de Inés sonaban terminantes. Sin embargo ella quería tener esperanza.
-Mirá querida, lo último que se pierde es la esperanza, ¿que perdés? tal vez ésta es la vencida.
Levantó la persiana dejando que el sol penetrara por la ventana acariciándole el cuerpo y el alma. No quería que la oscuridad siguiera envolviéndola, quería que su corazón estuviera de nuevo habitado, quería otro milagro.
¿Un milagro? Sí, en eso estamos de acuerdo, un milagro, sólo uno para demostrarme que existen, porque hasta ahora ellos fueron invisibles para mí. Sólo uno, tan sólo uno, ¿porqué no?
El movimiento de la calle la sacó de tantos pensamientos, volviéndola a la realidad.

Una bocina acompañada de un silbido de aprobación le hizo girar la mirada. Se sintió halagada. Caminó unos pasos hasta la esquina.


Levantó un brazo decidida y paró un taxi.



© Erica Schworer
® Birlibirloque

3 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Felicitaciones! Tres voces manejadas con gran dinámica. Movimiento, disquisición, reflexión. En fin, tal como es la vida, ¿no? La diaria convivencia entre el ser y el sentir.
Un cálido abrazo.
Pablo Lepiane.

Birlibirloqueras dijo...

Van ocho abrazos de los grandes y gracias por tu visita.

Anónimo dijo...

Llega a lo profundo del ser como vivido por uno mismo
Me gustó mucho
Meritos