Por el placer de estar juntas hacemos juegos con palabras. Nos reunimos una vez por semana y entre café y cosas ricas, creamos letras en libertad.

sábado, 30 de agosto de 2008

Perro durmiente

PERRO DURMIENDO SOBRE ASIENTO, SUBTE LINEA C
Sorpresa en la mañana porteña. Al subir a uno de los vagones en la terminal de Retiro encontraron asiento totalmente ocupado por un
perro. No hubo inconvenientes. Los pasajeros atónitos observaban de pie.




Buenos Aires.• Alguien que no quiso identificarse, llamó a la redacción de este periódico en la mañana para infomar que un perro ocupaba totalmente un asiento, en un tren con destino a Constitución. De inmediato fue enviado un periodista, que recogió algunos testimonios de los atónitos pasajeros que habían presenciado el suceso, al tiempo que dos cámaras de televisión instaladas en el lugar trasmitían en directo desde nuestro móvil.
Al ser interrogado un pasajero declaró que el perro en cuestión debía sufrir un ataque de amnesia y que por eso había subido a la formación en profundo estado de desconcierto.
No –dijo otro- el perro debe haber encontrado calor humano aquí adentro y por eso se vino a dormir.
Es cierto –contestó otro- Yo había subido dos estaciones antes y el perro no se encontraba.
Sí –dijo una jovencita- en un abrir y cerrar de ojos el perro apareció ahí, durmiendo.
Algunos se preguntaban ¿de dónde vendrá? Pero otros simplemente demandaban ¿dónde irá?
Una pasajera, con un profundo sentido romántico, declaró que con seguridad iba a ver a alguna novia que dejó lejos y por eso se tomó el subte.
¡Qué va! –gritó un gallego- ¡Está aquí para joder!
Sí –dijo otra- estos animales tienen la costumbre de dar lástima. Por eso recurren a todo tipo de artilugios para que se les dé atención.
Unos chicos que iban a la escuela le sacaron fotos quién sabe con qué fines –pensó el periodista desconfiado.
El can que seguía durmiendo a pata suelta en el asiento estaba sordo a todo comentario.
Tiene aire de falopa! –acotó un rockero que acertó pasar por ahí.
Sí, sí –afirmaron todos.
Yo vi –dijo otro entrevistado- que en ese asiento había un señor que leía el diario y antes de bajarse lo sacudió ¡varias veces!
Personal de Bomberos de la Policía Federal se apersonó en el lugar y miraron desconcertados al perro, que sin lugar a dudas era vagabundo y pulgoso, que seguía durmiendo plácidamente.
Después de varias horas de alboroto en torno al mismo, se pudo percibir que el perro pensaba ¡qué diablos hacen todos estos aquí!
Después de recabar toda la información posible en fuentes fidedignas, nuestro periodista está en condiciones de afirmar que se trata de Diógenes, caído después de los sacudones del matutino producidos por el pasajero que no pudo ser interrogado, ya que se había bajado casi al tiempo de subir, varias estaciones antes.
Al cierre de la presente, el can seguía durmiendo sin ninguna novedad. •


© Carolina Menapace

® Birlibirloque

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Felicitaciones! Hecho sorpresivo y curioso (muy bien tratado en forma de crónica periodística desbordante de humor), con múltiples voces que espejan un crisol de personajes, transeúntes de la urbe cotidiana. (Además, yo estuve en el vagòn en cuestión).
Un abrazo.
Pablo Lepiane.

Birlibirloqueras dijo...

¿Estabas en ese vagón?
Te enviamos una reportera para que nos detalles un poco más.
Abrazos. Ocho.