Por el placer de estar juntas hacemos juegos con palabras. Nos reunimos una vez por semana y entre café y cosas ricas, creamos letras en libertad.

martes, 5 de abril de 2011

Errante








Llegué a Bs. As Buscando las imágenes que tantas veces me describió mi tío. A lo lejos escucho un tango “caminito que el tiempo a borrado – que juntos un día nos viste pasar”

¿Cuántas veces lo habrá cantado?

¿Cuántas veces lo habrá caminado con su primer amor? después la vida los separó, él partió, primero a España, más tarde a Alemania Desde entonces perdí la presencia del tío José.

Camino las callecitas de Bs. As. , llego a la Av. de Mayo, me parece estar en Madrid, los teatros con compañías españolas, los viejos bares, atendidos por inmigrantes que vinieron a hacer la América o quizás corridos por la guerra, entro a uno, de sus paredes cuelgan cuadros amarillos de tiempo, reflejan clientes famosos, distintas compañías de zarzuela, menos vetusto Luis Aguilé, como siempre rodeado de chicas.

Me siento a tomar un café, detengo la mirada en un rincón del salón, sentada en una mesa, tomando un té, una dama, elegante, pensativa, indiferente a todo, está sola, escribe en una servilleta, mira por la ventana, ¿Qué espera?

El mozo me sirve un café, amablemente me pregunta: ¿es usted de la ciudad del oso y el madroño?

Si –le contesto.

Yo soy gallego ¿viene a conocer Bs. As?

-Si-.

-Estoy seguro le gustará.

Tomo el café y sin querer mi mirada se dirige a la mesa ocupada por la pensativa dama, sigue sola, toma la cartera, decidida se levanta y sale, en su recorrido deja caer un papel, lo levanto con la intención de dárselo, pero la dama tomo un taxi y se va. Indiscreto, leo la arrugada servilleta.

Hay una voz errante que cautiva mi presente

el recuerdo del amor vivido

el dolor de querer y no ser querido

En la orilla del río veo que todo lo feliz es ido

siento tu presencia inalcanzable

fuiste presente que cegó mi mente.

Acongojada, de todo mal sufrido

soy fiel amante al que has herido

te amé con juventud ilusionada

como pájaro hambriento y aterrado

vacío de ti me encuentro y quedo

El mozo me saluda: espero verlo seguido.

-Como no.

Todos los días voy a tomar el café al mismo bar y ahí está la dama, elegante, solitaria, sigue esperando.

-¿Qué tal señor?- me pregunta el mozo, y aprovecha para contarme algo de su vida, que vino en la pos guerra, que aquí formó su familia.

Salgo a la calle, todo me parece conocido. Llego a Corrientes, antes angosta, ahora ancha, la gente no camina corre, pasan a mi lado indiferentes, quiero atrapar todo en mi memoria, teatros, cines muy famosos, el Opera, anuncian el recital de Sandro, en los teatros figuran grades carteles con hermosas mujeres, es la inigualable Revista Porteña.

Mi regreso se aproxima. Tengo que despedir al mozo, antes de entrar, miro desde afuera, la mesa de la misteriosa dama, como siempre elegante, esta vez en su cara una sonrisa, mi asombro no puede ser mayor, es un hombre, alto, elegante, la alegría se refleja en sus rostros, los miro con detenimiento, sin atreverme a entrar.

¡ES EL TÍO JOSÉ¡




© Remedios Pernas

12 / 5 / 10

® Biribirloque

2 comentarios:

El tío José. dijo...

Como tardé tanto el leer esto! Tiene tu impronta mágica, un halo de misterio y el recuerdo inexorable de la tierra de los conejos. Moldeaste el personaje desde tus adentros y me hiciste mirar pos sus ojos. Tenía la razón......la prosa te queda MUY bien.

Anónimo dijo...

Nunca es tarde cuando la dicha llega, para mi fue un placer escribir algo imaginado y en ese momento ponerme en la piel del personaje, tú me entiendes (como no vas a ver dentro mio) desde distintos lugares tenemos muchas cosas en común
Gracias por dedicarme un momento de tu ocupada vida.
Un bio e uhna aperta
Remedios Pernas