Por el placer de estar juntas hacemos juegos con palabras. Nos reunimos una vez por semana y entre café y cosas ricas, creamos letras en libertad.

jueves, 6 de enero de 2011

Hermanas






Mi hermana y yo acostumbrábamos a pasar nuestras vacaciones en casa de los abuelos maternos.


Gelli y yo disfrutamos siempre, hasta que cumplimos los doce años.
Verano.


Nono y Bea, así los llamábamos desde la media lengua de las primeras palabras, habían planeado salir en bicicleta. Como siempre cada uno llevaba una nieta en el asiento de atrás. Quiso no sé qué misterio que la bicicleta de Bea no quisiera andar. Las ruedas giraban, los pedales también, pero no iba a ningún sitio. Mi hermana me miró con cara extraña. No dijo nada, pero entendí qué decía, Si no voy yo, no vas.


Sonreí. Me aferré a la cintura del abuelo, que indeciso aún no hacía andar su bicicleta. Apareció Andrés, mayor que nosotras, con su bici nueva. La abuela, para consentir a Gelli le pidió que la llevara. Salimos los cuatro. Mariana me miraba desde la altura que le daba el estar con el chico que nos gustaba. A mí me pareció que el suelo me atrapaba, tan abajo me sentía. Mi hermana se soltó el pelo. Me sentí mal con mis trenzas. Cuando intenté soltarme del abuelo para hacer lo mismo que ella tuve que escuchar lo de siempre.
Regresamos a la tardecita, por la calle de tierra, la que tiene un techo de árboles siempre verde. Mis lágrimas se escondían en la camisa del abuelo.


Me casé con Andrés ocho años después.
Desde ese día mi hermana no me habla.



© Cecilia Ortiz

® Birlibirloque


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Tristes momentos cuando la rivalidad se interpone en la vida, sobre todo entre hermanas, es cierto, te atrapa el suelo, la desación, el dolor (de no poder desacer las trenzas) La vida, el destino sigue su curso, con sorpresas buenas (casarse con Andres)mala para la hermana (quedó despeinada)
ME REGUSTÓOOO
Meritos

Cecilia Ortiz dijo...

Gracias Meritos!!!
Por suerte no tengo hermana.. ja ja ja
Pero la ficción permite crear un mundo imaginario y jugar en él.
Besos..

Cecilia