Te conocí
tarde, en el ocaso de la vida.
Nos unían
ideas y circunstancias.No fue posible que
esa amistad fuera más profunda.
Amabas a
los humanos
y a los
animales con el mismo fervor,
Y eras más
libre que el viento…
No
obedeciste consigna alguna.
Tus poemas
eran fruto maduro y verde,
pintados
con rayos de soly hasta se podían oler las rosas que describías…
Diste el
paso al costado,
con la
serenidad de siempre,el exótico sombrerito enmarcando tu bello rostro.
Así,
tus compañerashemos de recordarte con el libro bajo el brazo,
y tu fiel perro, detrás.
®
Birlibirloque
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