Por el placer de estar juntas hacemos juegos con palabras. Nos reunimos una vez por semana y entre café y cosas ricas, creamos letras en libertad.

viernes, 2 de enero de 2009

Primer gran dolor





Ese hombre tenía un no sé qué cuando sonreía, cuando levantaba en alto la copa que brillaba al sol. Ella no pudo hacer otra cosa al verlo por primera vez que enamorase perdidamente.
Con su inseparable amiga miraban tomadas de la mano todas las carreras en las que intervenía, sufriendo, comiendo chocolate, saltando abrazadas por todo el comedor.


Cuando trasladaron al padre de su amiga a Colombia quedó desolada. Mirar las carreras sin su compañía era un suplicio, solo comparable a la alegría inmensa que experimentaba al verlo llegar en primer lugar.

Se hablaban varias veces por semana y cuando ocurrió el accidente lloraron a los gritos por teléfono incapaces de creer semejante tragedia.
A los pocos días de aquél suceso la familia de su amiga, regresó al país a raíz de un asalto que habían sufrido.

Ella fue al Aeropuerto con sus padres, se precipitaron llorando una en brazos de la otra y llorando bajaron del auto frente a la casa.
Mientras los padres tomaban un refrigerio, ellas se encerraron en su habitación y sentadas en el borde de la cama, bajo la gran foto publicitaria, desde donde él les sonreía, se contaron entre sollozos cómo lo habían visto, en el mismo instante en que ocurrió aquél fatídico domingo volar por los aires con su coche rojo y cómo la televisión repitió día tras día el accidente y una imagen suya levantando en alto la copa, coronado de laureles.



©Myrta Zweifel

® Birlibirloque

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Mirta
Gracias por contar de esos primeros dolores que nos llegan de golpe y crecemos.
Me gusta este blog.

A.C.

Birlibirloqueras dijo...

Gracias A.C.
Por el comentario para Primer gran dolor, por la visita a nuestra revista y por dejar cometarios a todas.
Te enviamos 8 besos y 8 abrazos de las birlibirloqueras.