Envuelta en mi capa transparente, delicada, vivo en un agujero reducido y oscuro.
Desde que Ella murió, todo es tranquilidad y silencio.
Nadie me molesta.
Desde que Ella murió, todo es tranquilidad y silencio.
Nadie me molesta.
La abuela me adoctrinó eficazmente. El objetivo: la mejor calidad, lo más fino. Un twed inglés, un guipur francés, algún tapiz del norte…
Pero hay una falta de seguridad terrible. La colonia se ha reducido a unos pocos, algunos murieron de extraños males, otros, intoxicados con raras fibras o asfixiados en cajas, la natalidad se redujo al mínimo. De modo que salimos a respirar cuando se presenta la oportunidad, que no es muy a menudo.
Hoy, un rayito de luz se filtró en mi cueva, salí ansiosa a bañarme con él.
He ahí un escritor que, mientras borronea páginas en blanco, busca palabras que le son esquivas, vaga su mirada del techo a la ventana recordando conversaciones con la amada muerta, códigos que resaltaban una intimidad fraterna, suspira, y con la mano hace un gesto para ahuyentar esas imágenes, y allí, posada sobre el pie de la lámpara se balancea una polilla temblorosa.
Él me vio, sonrió con melancolía y me dijo:“! Quédate donde quieras, sólo quedamos tú y yo!”
© Lidia A. González
® Birlibirloque
Pero hay una falta de seguridad terrible. La colonia se ha reducido a unos pocos, algunos murieron de extraños males, otros, intoxicados con raras fibras o asfixiados en cajas, la natalidad se redujo al mínimo. De modo que salimos a respirar cuando se presenta la oportunidad, que no es muy a menudo.
Hoy, un rayito de luz se filtró en mi cueva, salí ansiosa a bañarme con él.
He ahí un escritor que, mientras borronea páginas en blanco, busca palabras que le son esquivas, vaga su mirada del techo a la ventana recordando conversaciones con la amada muerta, códigos que resaltaban una intimidad fraterna, suspira, y con la mano hace un gesto para ahuyentar esas imágenes, y allí, posada sobre el pie de la lámpara se balancea una polilla temblorosa.
Él me vio, sonrió con melancolía y me dijo:“! Quédate donde quieras, sólo quedamos tú y yo!”
© Lidia A. González
® Birlibirloque
4 comentarios:
Lidia, juro que nunca más aplaudo una polilla.
Puede que sea la que tú nos muestras.
A.C.
A. C.
Te gradecemos el comentario para nuestra querida Lidia y sus cuentos, algunos mágicos.
Abrazos birlibirloqueros de todas
Abuela, sos una genia.
cada dia me emociono mas con tus cuentos.
te adoro,
sofi.
Gracias Sofi, la verdad los cuentos de Lidia son muy emotivos.
Una genia como decís.
Besotes de todas las birlibirloqueras.
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